Source: Juan María Blázquez Hernández¸ Gestoría FAL-ASEFIN
El Premio Nobel de Economía en 2013¸ Robert Shiller destaca en su último artículo en el digital Project Syndicate la influencia de los ideales populares así como de la psicología colectiva e individual en el desarrollo de la economía¸ situación que ilustra con la coyuntura existente en Japón¸ país que se encuentra en una profunda crisis estructural¸ con más de 15 años sumido en la deflación y con la deuda pública más alta del mundo desarrollado¸ y a la vez país en el que su primer ministro Shinzo Abe ha desarrollado una estrategia clara que busca poner fin a la difícil situación.
Es innegable que el pensamiento positivo mueve a un trabajador a ser más productivo¸ a un empresario a aumentar su apuesta mediante la contratación o el aumento de la inversión en bienes de equipo¸ así como impulsa a un emprendedor a llevar a cabo su aventura con total confianza. Del mismo modo que esto afecta al individuo es extensible a una sociedad en su conjunto¸ por ejemplo en la actual situación de estancamiento económico un aumento del optimismo anima al consumo estimulando la economía¸ y por el contrario si el consumidor pierde la confianza o siente incertidumbre disminuirá sus gastos¸ frenando la economía.
De esto precisamente se sirve el primer ministro nipón Abe al desarrollar su “Abenomics”¸ estrategia basada en tres pilares fundamentales: fuerte estímulo fiscal¸ monetario y un paquete de medidas para promover cambios estructurales que mejoren la competitividad (un ejemplo es la flexibilización del mercado laboral unido a un aumento de los salarios). Aunque se trate de medidas de política económica ya conocidas¸ en su conjunto representa “un cuento”¸ un horizonte que poder trazar de la mano del pueblo japonés y que infunde en el mismo una esperanza de futuro¸ un sentimiento de “juntos podemos” que es innegable ha mejorado la situación en el país. Dejando el plano emocional de lado¸ con estos estímulos un dato es que Japón ha vuelto a ser competitivo en el ámbito de las exportaciones al devaluar su moneda¸ y cabe destacar que las exportaciones suponen más del 40% de su PIB¸ por lo que ha supuesto un buen balón de oxígeno para su economía.
Como podemos ver¸ la situación en Japón puede servir como experimento aplicable a otras economías desarrolladas¸ si bien salvando las distancias como la autonomía en política monetaria o fiscal o las características concretas de los componentes de la economía¸ podemos ir al epicentro de la cuestión¸ y este es el hecho de que puede ser necesario un sentimiento común basado en la cultura del optimismo que impulse tanto a consumidores como empresarios e inversores a consumir e invertir¸ ya que son estos los que realmente pueden sacar adelante una economía estancada.?